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image of martin mckinlay checking his watch in Triathlon transition

¡2.º puesto por Grupo de Edad y nuevo apodo!

Este año, mi temporada de triatlón 2015 empezó con estilo cuando decidí competir en el evento Challenge Taiwan, concretamente en la distancia Tri Asia.

Martin dándole duro a los pedales en su bicicleta de triatlón

Después de haber competido el año pasado en el 70.3IM en Taitung, con su ruta costera en bici y la sección de natación en un lago exterior de 1 km creado a propósito para la ocasión, me aseguré de que esta fuese mi primera carrera en mi calendario de eventos para el 2015.

A pesar de haber llegado solo 3 días antes, después de interminables horas de vuelo desde Reino Unido, me sentía bastante bien y con ganas. El invierno de Taichung, este año ligeramente más caluroso de lo habitual, me permitió entrenar durante los días antes del evento ya que hacía calor. Incluso fui capaz de asistir a un día de entreno ¡con el legendario triatleta australiano Chris McCormack!

El día antes de la carrera realicé mi rutina habitual para estas ocasiones: encontrar el centro de inscripción y registro, apuntarme y echarle un vistazo a las zonas de transición en el recinto de la piscina. Por primera vez, el punto de salida y la meta estaban en lugares diferentes de la ciudad, algo nuevo para mí, lo que me animó ya que significaba que no tendría que contar vueltas durante la sección de carrera a pie. Al igual que el año pasado, la piscina exterior artificial estaba tan caliente como un baño en invierno, y tenía cientos de peces pululando por el agua. Después de realizar una serie de ejercicios, recogí mis cosas y volví al hotel. En mi último viaje a Taitung, un buen amigo mío me llevó a una pizzería local la noche antes de la carrera. Y estarás pensando… "¡esa no es precisamente la comida más aconsejable para el día antes de competir!". Pues bien, mientras me comía mi deliciosa pizza de jamón y aceitunas y me deleitaba al son del dueño tocando el banjo, ¡llegaron al local casi todos los triatletas profesionales que competirían al día siguiente! Si a ellos les sirve una pizza… ¡a mí también!

Hora de competir

La mañana del gran día llegó finalmente y, puesto que el evento de 70.3 precedía a la distancia Olímpica, tuve una salida más tarde de lo habitual, lo que me dio tiempo a acercarme con la bici hasta la línea de salida para ver el final de la sección de natación de los profesionales. Para mi sorpresa, el primer profesional en salir del agua después de los 1,9 km de natación terminó en 23 minutos, mientras que el segundo triatleta había nadado la semana pasada ¡una carrera de 36 km! En fin, volvamos a mi carrera… Después de organizar mi espacio de transición al milímetro hasta que todo estuviese colocado a la perfección, estaba listo para dirigirme a la línea de salida y empezar a nadar.

Mientras esperaba en la resbaladiza bajada a la piscina artificial a que diera comienzo la prueba, las Fuerzas Aéreas de Taiwán nos dieron la bienvenida volando al ritmo de la clásica canción de la película Rocky. Durante este especial momento, decidí colarme hasta la plataforma de salida y colocarme prácticamente en primera línea, casi por delante de dos competidores locales. Puede que este no fuera uno de mis mejores momentos, pero en mi defensa, ¡había un montón de algas!

En cuanto empezó la cuenta atrás desde 10, sincronicé mi y recordé mi plan de acción. En cuanto dieron el pistoletazo de salida, salí disparado con el objetivo de apartarme todo lo posible del habitual alboroto inicial. Gracias a este movimiento, conseguí ir a la cabeza durante los primeros 150 m, lo que me dio una buena ventaja para los 1,4 km restantes. En el punto de giro, pude comprobar que solo un puñado de triatletas había conseguido adelantarme, así que le metí caña y pude pasar a un par antes de salir del agua.

Martin en su bicicleta compitiendo durante el triatlón

Salí corriendo hacia la zona de transición, divisé el lugar donde había dejado la bicicleta, me preparé rápido y salí disparado con la bici para darme de bruces con el viento en contra a lo largo de la costa de Taitung. Sin embargo, no me llevó mucho alcanzar a un grupo de 3 contrincantes antes de pasar a otros más adelante. Llegó un punto en el que perdí la cuenta y mi posición: el paisaje empezó a dar paso a espectaculares colinas cubiertas de bosques y playas de arena dorada con olas enormes… La ruta en bici onduló su trayectoria con un par de pequeños ascensos que me vinieron perfectos.

¡Las Adidas Ultra Boost me dieron mucho más que la amortiguación que necesitaba!

Después del punto de viraje, le metí caña durante los últimos 20 km de vuelta a la transición, con la ayuda del viento de cola y a medida que el sol empezaban a aparecer entre las nubes. Para ser sincero, la segunda transición fue un verdadero caos por parte de los organizadores: había espectadores cruzando la pista de competición, y a pesar de que nos habían dado bolsas de transición, tuve que mover y reposicionar la equipación de mi vecino que se había esparcido por toda mi zona. Para esta carrera utilicé lo que Adidas denomina como "las zapatillas de running definitivas": las . Su plantilla y su parte superior son ligeras y me permiten calzármelas rápidamente, mientras que la suela Boost aporta el efecto rebote que tanto necesito para la sección a pie.

Carrera de 10 km

Los 10 km empezaron justo cuando el sol hacía acto de presencia, aumentando las temperaturas hasta los 32 grados, que iban de maravilla con el 75% de humedad del ambiente… Los primeros 2,5 km fueron por una carretera recta con un ligero descenso, lo que siempre viene bien después de pedalear tanto. Pero esta alegría no me duró mucho cuando me di cuenta de que tendría que volver a subir por donde venía después del punto de viraje. El apoyo local siempre es muy grande en Taiwán y mientras corría en dirección a un gran grupo de espectadores, empecé a oírlos cantando… No me llevó mucho tiempo entender lo que estaban gritando: "¡corre vikingo, corre!", con lo que me eché unas cuantas risas. Puede que me caigan bastantes bromas por tener barba, ¡pero por lo menos la gente te reconoce! Y la verdad es que 'vikingo' no me parece un apodo tan malo.

Martin Mckinlay corriendo a toda marcha

La línea de meta

Después de dar media vuelta al lago, la ruta circulaba hacia el paseo marítimo. Vi a un par de contrincantes de mi categoría y decidí sacar las últimas fuerzas que me quedaban para alcanzarlos, algo que conseguí unos 2 km antes de la meta. Durante el último kilómetro empecé a oír vítores por todas partes, algo que me dio la energía y el ánimo que necesitaba para aumentar un poco el ritmo, hasta que me di cuenta que todo el mundo estaba animando a los profesionales locales que me había alcanzado en la carrera. Al final, a pesar de mis valerosos esfuerzos, consiguieron adelantarme y los perdí de vista en los 500 m finales. Después de un sprint final intenso, pasé finalmente la línea de meta.

Desafortunadamente, a pesar de la gran envergadura de este evento, no había nadie dando los tiempos o posiciones al terminar la carrera, algo para nada ideal cuando la ceremonia de entrega de premios ¡era 4 horas más tarde! Al final pude conseguir conectarme por Wi-Fi y me llevé la sorpresa de que no solo había quedado 11.º en la clasificación general, ¡sino que además fui 2.º en la categoría de 25-29 años! Sin lugar a dudas, este fue mi mejor logro personal hasta el momento tras mis 4 años de experiencia en triatlón (aunque espero poder batirlo próximamente antes de que acabe el año…).

El mes que viene me vuelvo a Reino Unido después de pasar un año trabajando en Taiwán para Wiggle. 4 días después de aterrizar en mi tierra natal pondré rumbo al triatlón de Windsor, seguido por el Wiggle SteelMan, el triatlón de Londres, el triatlón de Portsmouth ¡y finalmente el triatlón Hever Castle!

Martin en la línea de meta tras competir en un triatlón

Agradecimiento a mis patrocinadores

Me gustaría dar un especial agradecimiento a todos mis patrocinadores: ¡Wiggle, Kask, Oakley y Pro-Lite!

Acerca del autor

Imagen de martin
Martin McKinlay
Published on: 30 Abr 2015

Marty is an Age Group Triathlete and Club Runner. He also enjoys the odd bike race, be it crit or 24hr.